Semana Santa en checo: del miércoles feo a la pomlázka

Blue Monday y Gray Tuesday: la hora de la limpieza de primavera

El Lunes Azul debe probablemente su nombre a la tela azul utilizada para decorar las iglesias. El Martes Gris, también llamado Martes Amarillo, según el tiempo, hace referencia a la tradición de la limpieza de primavera, durante la cual se retiraban las telarañas que simbolizaban el abandono invernal.

Miércoles feo: un día de sonrisas y limpieza

El Miércoles Feo conmemora la traición de Judas. En este día se recomendaba sonreír para evitar la tristeza en los siguientes miércoles del año. Tradicionalmente, se barría el hollín de las chimeneas, lo que simbolizaba la limpieza del hogar de energía negativa. Este día, por la noche, se horneaban los bollos de Judas, bollos de levadura untados con miel. Se comían al amanecer del Jueves Santo para protegerse de la traición y la desgracia.

Jueves verde: armonía con la naturaleza

El Jueves Verde es un día dedicado a la jardinería, que se supone asegura una cosecha abundante. Se comen alimentos verdes, como espinacas o lechuga, que simbolizan la salud y el renacimiento. En este día, las campanas de las iglesias enmudecen, de acuerdo con la creencia de que vuelan a Roma, y su papel es asumido por badajos de madera.

Viernes Santo: silencio y reflexión

El Viernes Santo, todos los cristianos deben ayunar. En la República Checa, el pescado tradicional es la carpa. La trucha también es popular, y a quienes no les gusta el pescado optan por una sencilla comida sin carne. En muchas ciudades checas se ha conservado la costumbre de utilizar badajos en lugar de campanas, que permanecen en silencio en señal de luto.

Sábado blanco: preparativos para la celebración

El Sábado Blanco es un momento de intensos preparativos para el Domingo de Resurrección. Tradicionalmente, se pintaban las habitaciones de blanco y se limpiaban las casas. En este día, la gente hornea mazance, que son pasteles dulces de levadura con pasas, corderos de Pascua y prepara otras delicias.

Lunes de Pascua: pomlázka

La costumbre más característica del Lunes de Pascua es la pomlázka, la flagelación simbólica de las mujeres con varas de sauce, destinada a garantizar su salud y belleza.

A día de hoy, a veces las pomlázkas miden varios metros de largo. Por supuesto, sólo se utilizan como adorno. La costumbre de ir de casa en casa con una vara se mantiene en muchos pueblos y ciudades, sobre todo en Moravia. En algunas regiones de la República Checa existe la tradición de verter agua el Lunes de Pascua.

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