Castillo de Kmita

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Se trata del castillo de Kmita, que data del siglo XVI y se asemeja, por un lado, a una fortaleza medieval y, por otro, a una residencia renacentista.
Destruido muchas veces, pero reconstruido por sucesivos propietarios: las familias Stadnicki, Ossoliński, Mniszech y Krasicki. No le perdonaron la vida los ejércitos durante la invasión sueca de 1702, el gran incendio de 1783 y dos guerras mundiales.
El cuerpo de la construcción que hoy podemos admirar fue diseñado por Wincenty Pol a petición de Ksawery Krasicki. En aquella época, el edificio perdió su carácter defensivo al añadirse en su lugar dependencias y un invernadero. Las alas reconstruidas del castillo, de una sola planta, recibieron rasgos clasicistas.
En la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, el castillo fue un importante centro de la vida social e intelectual de la región gracias a la familia Krasicki.
Restaurado a mediados de siglo, en la actualidad funciona como centro turístico.
Durante la reconstrucción del edificio, se ampliaron y rediseñaron los jardines del castillo, dando al complejo un carácter paisajístico y conservando los restos de un robledal natural con magníficos robles, tilos y olmos.

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